Estaban pasando una tarde en el centro comercial. Unos paseaban, otros comían, otros compraban...cuando, de pronto, comenzó a sonar el ALELUYA de Haendl. Observad la cara se sorpresa de la gente y como sus rostros van cambiando a medida que la música avanza para finalmente disfrutar de la magnífica interpretación de este coro. Hagamos que la música esté siempre presente en nuestro día a día.
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